Reflexión: "Educación progre"

Como vemos, el vídeo sentarse el principal ideal de la educación progresista es la igualdad entre estudiantes, independientemente de la calidad de su trabajo. Esta realidad de falsa igualdad surge al "premiar" a aquellos alumnos que consideramos atípicos, simplemente por el hecho de serlo. Como resultado, el significado de "integración" e "igualdad" quedan reducido a la mera expresión de sí mismos. Es decir, nos alejamos de la creación de un entorno escolar integrador, donde todos los alumnos gocen de las mismas oportunidades y de un desarrollo significativo del aprendizaje y reciban una formación adaptada a sus necesidades personales. 

En primer lugar, es un hecho, no todos los alumnos parten del mismo punto en su proceso de aprendizaje. Además, sus metas, tanto a largo como a corto plazo, son diferentes y han de estar adaptadas a sus necesidades e intereses. Por ello, pese a que la aplicación del modelo de educación progresista es muy valido, ha de que partir de una realidad personal. Cada alumno tiene unos rasgos personales que le diferencian del resto. No solo debemos de tener en cuenta su desarrollo a nivel intelectual o físico, si no que también es imprescindible considerar su  orientación sexual y cultura, ya que son factores que afectan a su desarrollo académico y emocional. Por un lado, al determinar su proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que este se ve condicionado por su entorno. Por otro lado, estos factores pueden propiciar situaciones de discriminación o reducir sus oportunidades. 

En segundo lugar, como exponía anteriormente, considero que la aceptación de realidades "atípicas" no implica que tengamos que demandar lo mismo a todos los alumnos. En el caso de la enseñanza progresista, no se trata la igualdad como lo que es, una visión y aceptación del otro desde su realidad. En el aula todos los alumnos han de ser tratados de la misma forma, pero atendiendo a la diversidad de necesidades que presentan. Por ello, la labor del profesorado no es premiar lo diferente, si no trabajar la inclusión en el aula, dándoles a conocer lo valiosas que son las diferencias. Esto implica hacer conscientes a los alumnos de que son diferentes pero que todos se encuentran en la misma posición o que valen lo mismo y pueden llegar a donde se propongan pero por caminos diferentes. En consecuencia, enseñamos a nuestros a alumnos a ser centros de inclusión y creadores de igualdad.

En conclusión, el vídeo "Educación progre", plasma la aplicación desmesurada de las teorías o ideas de la educación progresista; movimiento pedagógico que surge en el siglo XIX, en contraposición de el modelo escuela tradicional. Esta forma de educar lleva al rechazo de la realidad personal del alumno y a la no inclusión.

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